diciembre 24, 2018

ESTRÉS DE FIN DE AÑO

La sensación es la de estar atravesando un torbellino y no sólo de emociones… Fin de año se acerca a paso firme y cada día que pasa tenemos más cosas que hacer, más compras que resolver, más problemas a dilucidar y más encuentros a los que asistir. En pocas palabras, lo que debería vivirse como una fiesta lo estás sintiendo como una carrera de obstáculos que causa más estrés que alegría y entusiasmo.
«Hablamos de estrés cuando percibimos que las circunstancias que tenemos por delante sobrepasan nuestra capacidad de resolverlas«, dice la licenciada Dalila Acuña (M. N. 49.169), psicóloga de los Centros de Diagnóstico DIM.

Lo que debería vivirse como una fiesta lo estás sintiendo como una carrera de obstáculos que causa más estrés que alegría y entusiasmo

«Particularmente en fin de año suelen aparecer eventos de diversas características con los que no solemos lidiar cotidianamente y que impactan en nuestras rutinas. Actos escolares, entrega de diplomas, cierre de notas, hijos que se llevan materias, vacaciones, reuniones con amigos, compras de regalos, organización de las fiestas… La lista es larga y podríamos seguir agregando eventos. Estas situaciones impactan en nuestra rutina porque nos llevan a cambiar momentáneamente nuestros hábitos de sueño, de alimentación y de organización cotidiana. Entonces, si sumamos a esto la percepción de agotamiento por todo lo acumulado durante el año, es posible y bastante común que nos sintamos avasallados al llegar a esta altura del año«.

Además, a esta altura del año es cuando más compromisos tenemos. ¿Adónde quedó la energía que solíamos tener? «La falta de energía es producto de la fatiga que se va acumulando y, quizás, la dificultad para administrar espacios de descanso es una de las causas», afirma la counselor Claudia Quiroga Daldi, de la Asociación Argentina de Counselors. Coincide la Dra. María Alejandra Rodríguez Zía (M. N. 70.787), médica clínica y endocrinóloga: «El estrés que vivimos en la época de las fiestas, en reglas generales es consecuencia de la falta de momentos de ocio o de relax, no tomados durante el año«, afirma.

La médica explica que a esta altura del año estamos carentes de una verdadera desconexión mental que deberíamos habernos procurado a lo largo de los meses previos, a través de escapadas de fin de semana o cualquier otra instancia de descanso mental y físico genuino. Las consecuencias del estrés acumulado en el organismo son variadas: Fatiga, falta de deseo sexual, malhumor, dolores musculares o articulares, insomnio, depresión, acidez, hipertensión, sobrepeso y hasta diabetes son los padecimientos que pueden dispararse a partir de un cuadro de estrés.

¿Influye en este padecimiento la personalidad de cada una? Sí, definitivamente. «La forma en que pensamos y percibimos la vida puede estresarnos más que la realidad en sí misma«, afirma la licenciada María Eugenia Calvo, psicóloga (M. N. 44.884), y continúa: «La necesidad de control, de expectativas, de demostrar que soy capaz, pueden ser autoexigencias que sólo nos generen agotamiento y malestar«. ¿Cómo detener esa escalada de estrés perjudicial para la salud? «Si registramos una sensación de cansancio extremo, sería bueno adoptar una actitud de toma de conciencia respecto de lo que estamos haciendo y hasta dónde somos capaces de llegar. Ser coherentes al momento de determinar eso que puedo hacer y que es saludable para mí y diferenciarlo de aquello que, al menos por el momento, no puedo manejar», dice Acuña. «Podemos priorizar los objetivos a alcanzar de acá hasta fin de año. Evaluarlos con plena conciencia: ¿cuánto de nuestra supervivencia se juega en llegar a hacer todo lo que tengo que hacer? ¿Debo cumplir o quiero cumplir? Me puedo detener a pensar unos segundos: he llegado hasta acá por decisión propia. Ahora puedo elegir cómo quiero seguir», reflexiona Calvo.

A esta altura del año estamos carentes de una verdadera desconexión mental que deberíamos habernos procurado a lo largo de los meses previos,

Para Daniel Colombo, motivador y master coach internacional, existen motivos culturales y sociales que acrecientan la sensación de vértigo típico de fin de año. Entre estos motivos se destacan la sensación de no haber cumplido las metas del año, la presión autoimpuesta o externa de que hay que cerrar temas sí o sí (balances, proyectos, evaluaciones de desempeño, etc.), la disyuntiva que siempre se presenta acerca de cómo y dónde pasar las fiestas, una visión desmesurada de lo que significa el ‘año nuevo’ con su cúmulo de buenos deseos, proyectos e intenciones, y la inevitabilidad de que el año se termina y quedarán varias cosas sin haber concretado. En su combinación, estos factores producen una particular destilación de adrenalina, vértigo y hasta confusión respecto a cuál es la mejor forma de encarar este tránsito hacia el año que comienza.

«En la pérdida del equilibrio vital se potencian otros aspectos como la irritabilidad, la imposibilidad de decir que no a compromisos, y hasta el disfraz que muchos suelen ponerse para parecer felices y con buenas intenciones, por más que por dentro las emociones digan otra cosa«, agrega Colombo. SÍ, SE PUEDE. Existen estrategias que nos permiten afrontar esta etapa del año sin tanto estrés. Daniel Colombo afirma que una de las principales es organizarse.

«Para llegar bien a fin de año lo ideal es: Uno: no dejar todo para último momento. Dos:tomar las últimas semanas como clave para planificar el final y el inicio del próximo año. Tres: articular estas metas con colaboradores o personas cercanas. Cuatro: llevar un registro del proceso de los objetivos de cierre del año y programarlos en un calendario físico o sistema donde se pueda visualizar claramente«, propone. Y con él coincide la Lic. Acuña, quien agrega que lo ideal es establecer prioridades, diferenciando aquello que es definitivamente necesario de lo que es opcional. Y evitar posponer: «Cuando postergamos nos sentimos inmediatamente aliviados, pero luego de unos minutos el malestar subjetivo aumenta«, dice, y es Colombo quien concluye: «Ser razonable con la probabilidad de que no se alcanzará a hacer todo lo que se desea, pedir ayuda y priorizar lo importante por sobre lo urgente son otros consejos que ayudan a sobrellevar la clásica maratón de fin de año«.

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